miércoles, 9 de junio de 2010

¿CÓMO EDUCAR PARA LA OBEDIENCIA?

Quizás sea una de las virtudes más difíciles de educar, ya que socialmente se considera la obediencia como un ataque a la propia libertad y además exige un gran esfuerzo personal para hacernos obedecer.

Desde que nacemos y hasta los tres años, los padres ejercen una gran influencia sobre los hijos, ya que no dejan de repetirles constantemente: no muerdas, no metas eso a la boca, es hora de ir al baño, o de dormir, etc. Diciendo estas sencillas frases con dulzura, autoridad y sin conseciones, consiguen ir creando el hábito de la obediencia que posteriormente se convertirá en virtud.


De los tres a los ocho años las órdenes irán acompañadas de comentarios que la justifiquen, debido a que los hijos ya empiezan a comprender los porqués de las cosas. A partir de los trece años aproximadamente es cuando la desobediencia puede conllevar problemas morales. 

En los primeros años cuando los padres tienen que formar el desarrollo de la obediencia, para que cuando sean mayores, encuentren fácil y natural obedecer a los padres y a sus superiores legítimamente admitidos. A medida que los hijos van creciendo, la forma de decir las cosas va cambiando pues también los hijos van madurando en su entender y en sus respuestas. Enseguida comienza la edad del “no” en los hijos, pues estos empiezan exigir explicaciones o a negociar con los padres para poder tomar decisiones antes de obedecerles, esta situación puede provenir porque los padres no han sabido explicarles bien o convencerles, dentro de su capacidad real de entender lo que tenían que obedecer. Esta virtud deberá estar enfocada por los padres en relación a los valores, aunque en los primeros años los hijos no se dan cuenta que están obedeciendo, porque todavía no diferencian entre obedecer y desobedecer, pero, la virtud la van adquiriendo junto a las otras virtudes a través de la repetición.

Algunos hijos desobedecen a sus padres en relación con las normas de conducta en la ropa, horarios, estudio, administración del dinero, entre otros, pero obedecen a los líderes pandilleros, a los ídolos mediáticos, a los entrenadores deportivos, es decir a personas que no tienen valores fuertes pero que se los han ganado. Esta debe ser la obligación de los padres ganarse a sus hijos, principalmente con el ejemplo y con los buenos y adecuados consejos. 

Cuando los hijos están bien educados en la virtud de la obediencia, tendrán más posibilidades de obedecer a las personas que cuidan de ellos: desde los profesores, sacerdotes, policías, entrenadores, parientes entre otros. 

Así, la obediencia es una actitud que se expresa en la vida cotidiana como una expresión de un equilibrio interno, obedecer es para muchos, un acto denigrante que resta libertad, pero, en realidad es un valor que aunque cuesta, ayuda a crecer y para ello se requiere humildad y disciplina.

Consejos para educar en la obediencia.
  • El ejemplo es lo más importante para educar a un hijo siempre.
  • Hacer cumplir las normas establecidas en la casa y dialogar cuando no se efectúen a cabalidad.
  • Analizar con los hijos las normas establecidas ayuda a generar conciencia acerca del por qué es importante cumplirlas dentro de una sociedad.
  • Para que la obediencia sea realmente virtud, debe apoyarse en el reconocimiento de la autoridad.
  •  La obediencia también se fortalece con la convicción de cumplir con las responsabilidades aun cuando nadie lo esté viendo.
  • No se debe quemar la autoridad y las fuerzas, más vale ordenar poco y bien, que mucho sin coherencia y eficacia.
  • Depositar la confianza en los hijos, y que ellos lo sepan, es permitir que cumplan con sus deberes a la vez que crece su autoestima y su autodisciplina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como nos cuesta educarnos para obedecer. Parece que nuestra cultura no ayuda mucho, todo se hace porque recibo un beneficio o porque evito un castigo, pero obedecer cuesta mucho hacerlo como un estilo de vida. Casi siempre es en busca de un favor o para evitar una consecuencia.